viernes, 1 de abril de 2016

Como ser un mal Instructor (Primera parte)


10 sencillos pasos para limitar la participación del aprendiz en Sesión de aprendizaje

NOTA ACLARATORIA

El texto a continuación ha sido adaptado al lenguaje SENA, la intención es ayudar a la reflexión acerca de nuestra labor formativa. El texto original lo encuentran en el siguiente enlace: 


A continuación se presentan 10 pasos con los que podemos limitar la participación de los aprendices y así empezar a convertirnos en un mal instructor. Si por el contrario quieres ser uno de esos bichos raros que todavía creen en la mejora de la calidad de la enseñanza y que trabaja para ofrecer a los aprendices lo mejor de sí mismo, no tienes más que hacer lo contrario que aparece en esta guía.
  1. Utilizar preguntas cerradas o de respuesta determinada: cuidado con plantear preguntas abiertas ya que pueden generar respuestas inesperadas. Lo más cómodo para el instructor es hacer preguntas que sólo tengan como respuesta sí o no, y que no permitan inferir o interpretar los contenidos de una manera diferente a la que piensa el instructor. De esta forma evitaremos estimular el pensamiento crítico.
  2. Redirigir o contestar las preguntas lo antes posible: el tiempo de espera o pausa que utiliza el instructor al hacer una pregunta es crucial para recibir respuestas de los aprendices. Si no respondemos las preguntas o las redirigimos antes de que contesten los aprendices, corremos el riesgo de que los aprendices piensen por sí mismos y les acostumbremos a hacernos perder el tiempo con sus reflexiones.
  3. Crear un ambiente inhibidor: cuidado con la forma de formular las oraciones. Si utilizamos la primera persona del plural los aprendices pueden sentirse integrados y robar el protagonismo al instructor (hoy voy a hablar…, en lugar de hoy vamos a hablar…) Puede ocurrir que si propiciamos el diálogo entre aprendices, éstos pueden tomar el poder en la Sesión de aprendizaje y no dejar al instructor contar todo lo que sabe.
  4. Juzgar las aportaciones: si el instructor le quita importancia a las aportaciones erróneas o inadecuadas, en lugar de castigar o reprochar dichas aportaciones, puede ser que los aprendices se sientan demasiado seguros y pongan en duda la capacidad del instructor. Si queremos que el aprendiz sienta amenaza sobre su imagen social o se sienta inseguro no hay más que ponerle en ridículo en cuanto intervenga con una aportación que no es del todo correcta.
  5. No tener en cuenta la participación en la evaluación: a los aprendices ya les gusta interactuar. Si queremos reducir esto, es importante que tengamos más en cuenta el resultado final obtenido que la actitud de participación en Sesión de aprendizaje. Valorar la actitud y la participación es demasiado complicado.
  6. Tomar decisiones sin preguntar a los aprendices: las experiencias previas y la formación del instructor es mucho más cercano a la realidad que lo que piensan los aprendices. El hecho de pedirles a ellos su opinión sobre asuntos relativos a la decoración u organización de la Sesión de aprendizaje o, aún peor, sobre las normas o hábitos de convivencia del grupo, puede hacerles pensar que ellos son los dueños de sus propios actos. El instructor perdería autoridad y poder y les daríamos pie a desarrollar sus propios intereses y no los intereses del instructor.
  7. Fomentar el trabajo individual competitivo: si se organizan tareas en un solo grupo, en lugar de grupos reducidos o parejas, conseguiremos que sólo los más aptos participen, aumentando la autoestima del instructor. Cuando hagamos una pregunta, los aprendices tendrán una oportunidad de cada treinta (en grupos de ese número) para participar, lo cual reduce mucho las posibilidades de que los aprendices digan cosas tontas o creativas. Por otro lado, un ambiente competitivo en las sesiones de aprendizaje nos ayudaría a que los aprendices oculten la información a sus compañeros evitando que hablen y se distraigan entre ellos.
  8. No realizar debates: los debates dan a los aprendices herramientas para rebatir o argumentar sus ideas. Imagine lo peligroso que puede ser esto para un instructor. Es más interesante que los aprendices acepten todo lo que se les diga sin poner en duda lo que se está diciendo.
  9. Utilizar únicamente la guía como recurso didáctico: la guía de aprendizaje es una herramienta ideal para conseguir que los aprendices no participen en el aula. Los ejercicios suelen ser cerrados y no permiten la improvisación o el desarrollo creativo. Debemos cuidar que los aprendices no se copien unos de otros para evitar que compartan el conocimiento y que enseñen unos a otros, ya que enseñar es el papel del instructor, no del aprendiz.
  10. Evitar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación: el uso de herramientas digitales de aprendizaje puede hacer que los aprendices se impliquen en la creación de información y conocimiento, llegando incluso a saber más que el instructor sobre el tema a investigar. Para evitar esto, debemos limitar el uso de las TIC a proyectar vídeos o presentaciones de las editoriales. Buscar en internet o escribir un blog les da demasiada libertad.

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